Todos somos teatro. Hablamos con Juan Carlos Martel, director de la Fundación Teatre Lliure.

En el Día Mundial del Teatro, hemos tenido el privilegio de hablar con Juan Carlos Martel, referente de las artes escénicas de nuestro país y director de la Fundación Teatre Lliure, uno de los centros de creación y exhibición escénica más importantes de España. Junto a la Fundación Teatre Lliure, colaboramos en la programación anual y coimpulsamos las Ayudas Extraordinarias a la Creación Carlota Soldevila, becas que apoyan la ideación de proyectos de jóvenes talentos en el ámbito teatral. El testimonio de Juan Carlos Martel nos ha permitido descubrir sus influencias y referentes, así como su visión sobre el papel transformador del teatro y la importancia de las artes en la sociedad que vivimos.

Hoy es el día mundial del teatro. ¿Por qué es importante seguir celebrándolo?

Ahora más que nunca debemos celebrar que podemos encontrarnos de nuevo en los teatros, aún persistiendo en una pandemia mundial y en medio de otra guerra en Europa.

¿Qué aportación consideras que tiene el teatro a las personas y en el progreso social?

A menudo se utiliza el verbo “transformar” asociado a las Artes Escénicas, y si bien es cierto que el teatro de esta facultad, no podemos olvidar que significa desplazamiento de la forma, de modelarla con lo que ves. El teatro sigue siendo el lugar donde una comunidad se reencuentra para dar un vistazo, o no, a todo lo que nos pasa como sociedad. Un espacio para volverse a conocer y para volver a hacer presente lo que olvidemos y de eso decimos “representar”. Espacio público para compartir en colectivo nuestras historias y donde de seguro no nos sentiremos nunca solos. La mejor manera de celebrarlo pues, es yendo con la rutina de la necesidad.

¿Cómo te diste cuenta de la importancia del teatro en la sociedad y en tu vida? ¿Cuáles fueron tus referentes?

Tuve la suerte de que alguien un día me llevó y no pude desprenderme nunca más de las capacidades sensoriales y emocionales que este arte me proporcionaba. Todos somos teatro. El teatro es una virtud inherente a las personas. De muy pequeños nos gusta llamar la atención de un público y ya de grandes seguimos enmascarándonos diariamente antes de salir de casa. Escuchamos qué ponernos y aprendemos de las equivocaciones. Justo como en el teatro. No puede haber sociedad sin teatro porque la misma sociedad está hecha de teatro. Mis referentes son artísticos y humanos. Tantos que no caben en un papel, pero es cierto que en determinados momentos voy a buscar queridamente maestros que me enseñaran el oficio. Porque este es un oficio de artesanos más que de artistas.

¿Hacia dónde va el teatro? ¿Qué le depara a este arte?

Si lo supiera… a corto plazo creo que lo que necesitamos es volver cerca del fuego, que nos expliquen historias en las que todos y todas aparecemos. Creo que todavía hay mucho margen para mejorar la accesibilidad de este arte que ha tendido al elitismo. Aunque la base siempre estará en la educación, tenemos que empezar a añadir parámetros que tienen más a ver con la salud. Asociar teatro con salud es más adecuado que con la economía, a pesar de ser un claro motor económico. Creo que tenemos que volver a explicarnos los mitos, pero ahora en clave del 2022, con todo el conocimiento y cambios de paradigmas. Entre los individuos, a través de los colectivos, sentirnos parte de toda una comunidad. Creo que habrá una clara diferencia entre teatro productivo y teatro creativo, uno asociado a parámetros mercantiles y el otro a parámetros absolutamente sociales, educativos y con una clara tendencia a la mejora de nuestra salud.