Entrevista de la semana – “Gran parte de nuestro trabajo es observar y escuchar. Somos traductores de lo que le pasa a la gente de la calle. Siendo nosotros mismos gente de la calle”, Juan Carlos Martel Bayod, director del Teatre Lliure.

Entrevista a Juan Carlos Martel Bayod (Barcelona, 1976), nombrado en enero de 2019 nuevo director del Teatre Lliure.

¿Cuál es tu principal objetivo por lo que respecta al proyecto artístico de esta nueva temporada? Básicamente dos igualmente importantes. El primero a nivel artístico es programar poniendo la reflexión como eje central. Crear interés con nuestra programación y actividad. Intentando ser ampliamente permeables a la complejidad de la realidad que nos ha tocado vivir. El segundo igual o más importante es escuchar a la sociedad para poder crear la necesidad y así aplicar tres vectores programáticos en los que trabajamos continuamente basados en la cultura, la sociedad y la educación donde los tres debieran trabajar unidos en la consecución de un solo programa de manera que podamos atender a la ciudad de manera sincera y siempre culturalmente.

En la inauguración de la temporada 19/20, expusiste que existe una tarjeta especial para jóvenes (Generació Lliure) dónde el precio de la entrada se reduce a tan sólo 9€. ¿Ha sido eficiente esta medida? ¿De qué modo conseguís llegar al público más joven que, normalmente, tiene menos interés en asistir al teatro? El carnet Generació Lliure, permite a todas las personas menores de 30 años acceder a todos los espectáculos del Teatre Lliure a un precio de 9 euros! Una de las quejas de los jóvenes siempre fue que el teatro era caro… no podemos seguir dándoles razones para no venir y eso se puede conseguir programando contenido que le interpele y ayudando con el precio. Es cierto que habría una tercera manera que sería la más importante: educar en la cultura.

Subrayaste también que “la clave con los jóvenes es el contenido de los espectáculos”. ¿Qué contenido interesa a este público y cómo detectáis qué es lo que más gusta? Gran parte de nuestro trabajo es observar y escuchar. Somos traductores de lo que le pasa a la gente de la calle. Siendo nosotros mismos gente de la calle. Todos hemos sido jóvenes e incluso se dice que en teatro no debieras de perder el niño que llevas dentro. Muchas veces son los mismos creadores jóvenes, que los hay y muy potentes, los que ya vienen con unos proyectos que responden a las preguntas y que incluso generan otras muchas. Nosotros sólo tenemos que darles espacio. Espacio al talento joven y a la máxima diversidad.

¿Qué papel juega el talento joven en el Teatre Lliure? El talento es una virtud que si no se ejercita puede llegar a perderse. Uno puede tener talento para la música y saber tocar un instrumento pero si no lo ejercita y no lo toca acabará perdiendo la posibilidad de expresarse con él. Es pues fundamental que el Teatre Lliure como gran caja de resonancia permita al talento crecer y desarrollarse e incluso permitirle equivocarse, pues sólo con la equivocación podemos llegar a aprender y crecer. Y eso es lo que queremos en el Lliure aprender y crecer.

¿Qué supone para el Teatro recibir apoyo de entidades privadas como Fundación Banco Sabadell que apuestan por apoyar y fomentar la cultura? Es fundamental el apoyo privado de la Fundación Banco de Sabadell dentro de instituciones como el Teatre Lliure pues responde de manera increíble a las necesidades sociales y educativas bajo unos valores que compartimos. Haciendo de valores intangibles como el talento, grandes inversiones de futuro en capital humano y generando un retorno social al ayudar a hacer llegar la Cultura a cualquier estrato de la ciudad. La Fundación Banco de Sabadell innova a partir del trabajo y de la reflexión de que otro mundo es posible y ese mundo se construye juntos y transversalmente. Y compartir estas palabras que parecen simples no es para nada sencillo. La Cultura forma parte de la comunidad y la Fundación Banco de Sabadell es un puente sólido por donde transitar, asegurando calidad, búsqueda de talento, sostenibilidad y ejemplo de cómo debiera ser la sociedad del siglo XXI. Personalmente, creo absolutamente necesario el apoyo de entidades privadas en el fomento de la cultura pues supone retornar y visibilizar a la sociedad todo el esfuerzo que esta misma genera en su día a día.